¿Has oído hablar alguna vez de Los Picapiedra? No, no nos referimos a la famosa serie animada de los 60. Estamos hablando de la cervecería localizada en Ram de Viu, 5, Zaragoza, un establecimiento de culto que mantiene viva la nostalgia de los bares de Zaragoza de los años 80, 90 y 70.
Los Picapiedra ha sido un referente para la ciudad, un rincón donde se podía vivir la esencia de una época dorada. Pero, ¿cómo era realmente este lugar? Acompáñanos en este fascinante viaje al pasado.
De acuerdo a relatos y anécdotas de quienes lo frecuentaban, Los Picapiedra era más que solo un bar, era un universo completo, célebre por su ambiente “heavy”, donde la música en vivo y la buena compañía eran la norma. Tal como recuerda un visitante, era un sitio lleno de canticos y camaradería en cada transmisión de partidos del Zaragoza.
Los Picapiedra era famoso por su carta de cervezas, pero había algo más que apreciaban sus clientes: la comida. Carnes asadas al horno de leña, espectaculares cocidos y otros platos sencillos pero deliciosos eran la especialidad de la casa, dando lugar a opiniones entusiastas: "Muy buen sitio para comer y además muy buena atención" o "una cena para repetir calidad, precio y servicio excelente", son solo algunas de las valoraciones que se pueden encontrar.
Aunque ya no esté en funcionamiento, Los Picapiedra ha dejado una huella imborrable en la ciudad de Zaragoza y en la memoria de muchos zaragozanos. Época de oro junto con otros establecimientos como la antigua sala En Bruto, o la discoteca Astorga’s, la cervecería Los Picapiedra formó parte de una Zaragoza rebosante de vida nocturna y cultura musical.
Y aunque el tiempo cambie, las modas evolucionen y los establecimientos vengan y vayan, lo seguro es que espacios como Los Picapiedra seguirán viviendo en nuestros recuerdos. La misma calle Ram de Viu 5 que una vez alojó a este icónico establecimiento, hoy se erige como testamento de una Zaragoza vivida y disfrutada, de una época llena de cervezas compartidas, canticos hacia el Zaragoza, buenos alimentos y mejor compañía.
La nostalgia es un sentimiento poderoso, capaz de llevarnos a añorar momentos que ni siquiera vivimos. Discotecas y bares como Los Picapiedra, la sala En Bruto, o la discoteca 1800, son ejemplos de ese recuerdo persistente que define a la Zaragoza de los años dorados.
No tenemos dudas de que quienes vivieron la Zaragoza de los 80, 90 y 70 tienen recuerdos imborrables de lugares como Los Picapiedra. Establecimientos que, aunque ya no estén, siguen viviendo en la memoria colectiva, en los rincones nostálgicos de una ciudad que siempre será recordada por su ambiente animado, su música en directo y su espíritu inquebrantable.